La psoriasis es una enfermedad cutánea de carácter inflamatorio que cursa habitualmente de forma crónica, con aparición de crisis sintomáticas intercaladas con períodos de remisión. Se ha observado un importante componente hereditario y, además, existen situaciones ambientales (frío, estrés, quemaduras solares, etc.) que pueden incrementar el número o gravedad de las crisis.
El síntoma más característico es el engrosamiento de la piel con aparición de unas manchas blancas o plateadas en manos, codos, pies y rodillas. Con menor frecuencia pueden aparecer también en el rostro y en otras partes del cuerpo. Estas manchas pueden provocar picor y producirse el desprendimiento de unas escamas blancas cuando se frotan. En algunos pacientes se asocian también a síntomas articulares. El tratamiento, tópico o por vía oral, está dirigido a reducir la severidad de los episodios sintomáticos.